Aunque la situación ideal sería aquella en la que no hubiera accidentes de tráfico, lo cierto es que, según datos de la DGT, en el año 2016 hubo ni más ni menos que 102.362 accidentes con víctimas (incluyendo de mayor o menor gravedad y fallecidos), con un incremento importante respecto a las cifras del año anterior. De todos los siniestrados, los protagonizados por vehículos de dos ruedas son los tienen un mayor riesgo para el conductor y acompañante, ya que son los que se encuentran más expuestos a las consecuencias de un accidente.

Además, a diferencia de la creencia popular, muy a medanudo la responsabilidad de estos incidentes no recae en el motorista sino en los otros actores que entran en escena (como pueden ser vehículos que realizan maniobras bruscas o invasivas sin tener en cuenta a los demás conductores). En ésta y en otras situaciones, lo más común (y también lo más aconsejable) es proceder a reclamar una indemnización por accidente de moto; sin embargo, es muy importante que dicha reclamación se produzca en las condiciones más favorables para la víctima o víctimas implicadas, y para ello es necesario contar con el asesoramiento de profesionales especialistas en accidentes de tráfico que velen por nuestros intereses.

Como en cualquier accidente de tráfico, en un accidente de moto las lesiones y daños tanto personales como materiales pueden variar dependiendo de la gravedad del siniestro. En el caso de los daños físicos, estos pueden incluir tanto roturas o cercenamientos de extremidades como contusiones y traumas craneoencefálicos (TCE) de diversa consideración, entre muchos otros. También cabe añadir los daños de tipo estético por abrasión o cicatrices, muy comunes en estos accidentes y que pueden tener como consecuencia diversos daños psicológicos.

En el caso de los daños materiales, también es muy importante contar con el apoyo y asesoramiento de abogados especialistas en accidentes de tráfico, ya que es muy común que las aseguradoras ofrezcan indemnizaciones a la baja en base a nuestras pérdidas materiales. En la medida de lo posible, es muy importante reunir pruebas de los objetos y posesiones que se hayan malogrado durante el accidente (desde el propio casco y vestimenta hasta objetos que lleváramos con nosotros en el momento del siniestro). Siempre es recomendable guardar las facturas de nuestros enseres personales para poder demostrar su coste y, así, poder obtener una retribución por pérdida.

Igual que en un accidente de automóvil, los pasos para reclamar la indemnización son los mismos. Será necesario reunir la documentación necesaria, toda aquella información que aporte pruebas sobre el estado de la víctima y sus lesiones, así como de las pérdidas materiales, y testificar lo antes posible ante la policía para poder aportar nuestra versión de los hechos. Cabe señalar que en los accidentes de moto disponer de testigos que puedan ofrecer un relato de lo sucedido es muy importante; como hemos mencionado más arriba, existe el convencimiento previo de que el motorista es el causante del suceso (lo que se traduce en una predisposición a otorgarle la culpa) y por ello resulta muy importante aportar datos que demuestren lo contrario. Por todas estas razones, contar con la ayuda profesional de abogados especialistas nos ayudará a obtener la indemnización merecida en cada caso, siendo asesorados para seguir los pasos adecuados en la dirección correcta.